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El comercio ha experimentado profundos cambios en estos últimos años.
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La tecnología ayudará a enriquecer las experiencias de compra.
El comercio ha experimentado una gran cantidad de cambios profundos en los últimos años. El auge del mundo digital, los cambios en los hábitos de consumo y una competencia cada vez mayor, ha obligado a las marcas a llevar a cabo un total reposicionamiento de sus estrategias de negocio.
Además nos encontramos ante un cliente cada vez más exigente e informado, que no solo demanda un buen trato o un mejor producto, sino experiencias. Es por esto que las tiendas físicas se han visto obligadas a llevar a cabo un proceso de innovación, que logre no solo atraer al consumidor frente al comercio online, sino fidelizarlo. Cada vez es más importante que éstas logren activar todos los sentidos en los comercios tradicionales para lograr diferenciarse de la competencia.
Además las marcas cuentan a su favor con la baza de la tecnología. El Big Data permite manejar una gran cantidad de información en tiempo real y las diferentes aplicaciones y técnicas que ya se están empezando a poner en marcha, como los mapas de calor, el neuromarketing o los probadores virtuales, permiten a las tiendas conocer cómo, qué y por qué los consumidores eligen un determinado producto o servicio frente a otros.
Sin embargo esto no es todo, la producción y los procesos de las cadenas de suministro también van a transformar la experiencia del comercio minorista. Los avances en drones y la impresión en 3D van a redefinir qué significa comprar, producto y entregar un producto, facilitando además la creación de soluciones personalizadas y optimizadas.
Podemos afirmar, sin ningún tipo de duda, que la tecnología ayudará a generar un mayor enriquecimiento en la experiencia de compra de los consumidores, además de ayudar a las marcas a analizar todo tipo de variables de consumo.
