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Una confusión común que puede arruinar campañas, generar desgaste y limitar el crecimiento de las marcas
En el mundo del marketing es habitual encontrar empresas que, pese a contar con equipos competentes y recursos suficientes, no logran los resultados esperados. En muchos casos, la raíz del problema no está en la ejecución, sino en una confusión clave: no entender bien las diferencias entre táctica y estrategia.
Estrategia: el qué y el por qué
Una estrategia de marketing es el plan que define los objetivos que queremos alcanzar y la lógica que guiará nuestras decisiones. Está basada en el análisis del mercado, la propuesta de valor, los insights del cliente y el posicionamiento de la marca. En otras palabras, responde a preguntas como:
- ¿Qué queremos conseguir?
- ¿A quién nos dirigimos y por qué?
- ¿Qué valor vamos a ofrecer?
La estrategia es estructural y a medio/largo plazo. Establece el rumbo y actúa como una brújula para todas las acciones posteriores.
Táctica: el cómo
Por otro lado, las tácticas son las acciones concretas que ponemos en marcha para ejecutar la estrategia. Son adaptables, específicas y responden a objetivos de corto plazo. Por ejemplo:
- Publicar una campaña en Instagram con influencers.
- Lanzar una promoción de tiempo limitado.
Las tácticas cambian con frecuencia y se ajustan, pero deben estar siempre alineadas con una estrategia clara. El error común es tomar decisiones tácticas (como abrir un canal de TikTok) sin una estrategia que justifique su existencia.
Por qué confundir táctica y estrategia es un problema
Ignorar las diferencias entre táctica y estrategia puede llevar a que las empresas pierdan foco y malgasten recursos en acciones desconectadas de sus objetivos. Cuando una empresa actúa solo de forma táctica, corre el riesgo de volverse dispersa ya que las acciones pueden generar picos de visibilidad o tráfico, pero sin coherencia ni dirección.
Por el contrario, una estrategia clara permite evaluar si una táctica encaja o no, priorizar recursos y mantener una visión unificada en todas las acciones de marketing.
Cómo evitar este error
- Define primero la estrategia: antes de pensar en canales, piensa en posicionamiento, público objetivo y objetivos de negocio.
- Evalúa las tácticas en función de la estrategia: no al revés.
- Sé coherente, pero flexible: la estrategia marca la dirección; las tácticas permiten adaptarse al terreno.