Ventajas e inconvenientes de ser ‘amigo’ del jefe

Socializar con el jefe más allá del horario de oficina crea lazos que son positivos para la empresa: se refuerza el sentimiento de equipo, aumenta el compromiso, mejora la comunicación y se incentiva la productividad. En principio, todo son beneficios para la compañía y para el propio trabajador. Pero no hay que caer en una excesiva confraternización. Esta mayor convivencia puede volverse contra nosotros. Hay ciertas cosas que un jefe nunca debe saber de sus empleados. Tino Fernández, periodista de Expansión, las recoge en un artículo titulado ‘Cinco cosas que tu jefe nunca debe saber’.

Por muy buena que sea la relación de un empleado con su jefe, éste no deja de serlo para convertirse en un amigo. Por lo tanto, hay que tener muy claro que hay ciertas barreras que nunca se pueden traspasar por buena que sea la relación. Los principales temas tabú giran en torno a las creencias religiosas, la afiliación política, extracción social, orientación sexual, enfermedades o temas monetarios.

La actividad realizada durante el tiempo libre también puede convertirse en un arma de doble filo, así que es importante tener cautela. Y si lo es la información dada cara a cara, la que se publica en las redes sociales nunca debe estar a su alcance. No agregues a tu jefe a tus redes sociales, recomienda el autor de este artículo, pero en caso de haber dado ese paso, cuida mucho cualquier comentario sobre el área laboral en todo lo que publiques en las mismas. Asimismo, la disponibilidad 24 horas que otorgan las redes sociales puede acarrearnos graves problemas y la línea entre la vida profesional y la personal se difumina hasta límites peligrosos.

Si ves aspectos mejorables en la forma en que tu jefe desempeña su trabajo, puedes trasmitírselo pero siempre de una forma serena, con firmeza y corrección. Si después de hacerlo no hay cambios, la opción es buscar otra empresa. Esto nos lleva a otro de los puntos esenciales. Jamás hay que comentarle a un jefe, aunque pienses que la relación es muy estrecha y va más allá del ámbito laboral, que estás buscando otro trabajo. De esta discreción va a depender en gran medida el éxito a la hora de encontrar otro empleo.

Tampoco es cuestión de venderse por encima de las posibilidades y luego no demostrar con el día a día lo que podemos hacer. En una relación laboral, como en cualquier otra, siempre es fundamental ganarse la confianza y el respeto a base de la verdad. Una vez que hemos conseguido algún logro, si se puede dar a conocer sutil pero claramente.
Ya lo habíamos incluido entre los temas tabú, pero convienen resaltarlo.

Es fundamental no hablar con el jefe de tu sueldo, del de otros compañeros y mucho menos del suyo.


Actitud positiva


La actitud en el puesto de trabajo y en la relación con los superiores puede ser más importante que la valía estrictamente profesional. Hay que trasmitir una imagen positiva. En momentos como el actual se toman muchas decisiones y se producen muchos cambios que hay que interpretar desde el punto de vista más optimista posible. Los pesimistas, amargados, estresados y dispuestos siempre a crear conflictos tienen peor cabida en las empresas. Y frente a estas actitudes, ni siquiera puede salvarnos ser ‘amigos’ del jefe.