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Las grandes naciones han visto revisadas a la baja sus previsiones de crecimientos.
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Exportaciones e importaciones globales bajaron en el entorno del 8%.
Al enfriamiento del crecimiento chino, el hundimiento de los productores de petróleo y los graves desequilibrios detectados en algunos países latinoamericanos, encabezados por Brasil, se ha sumado el estancamiento de la economía en EEUU y la UE, cuyos crecimientos también han sido revisados a la baja en los últimos trimestres.
Este frenazo que ha sufrido la economía mundial se ha dejado notar en sus intercambios comerciales. Esto se ha traducido en que las exportaciones de mercancías bajaron un 7,5%, lo que supone el nivel más bajo en este periodo desde 2009. Por su parte las importaciones registraron un descenso similar, cayendo un 8% anual.
Las exportaciones retrocedieron por las restricciones presupuestarias de los compradores, mientras que el valor de las importaciones retrocedió en gran medida por la menor demanda interna y, sobre todo, por el desplome del precio del petróleo, que supone una parte muy importante de la compra de mercancías para muchos países.
A esto debemos sumar los datos que ha presentado la Organización Mundial de Comercio, cuyos datos son más negativos. Y es que entre las 20 naciones del mundo que más bienes venden a otros países, el retroceso fue generalizado en todas sin excepción. Si bien es cierto que esta caída fue menor en la zona euro que en Asia o América.
Como curiosidad destacamos la caída experimentada por Rusia. Sus exportaciones cayeron un 33,3%, lo que supuso una pérdida de 27.000 millones de euros respecto al primer trimestre de 2015. El motivo ha sido el abaratamiento del crudo, ya que se trata de uno de los grandes productores del mismo.
También cabe destacar la posición de España, que se encuentra entre los cinco países que menos han bajado sus exportaciones, solo por detrás de Alemania, Francia, Italia y Bélgica.
