El neuromarketing en el teletrabajo

“Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”. El premio Nobel de Medicina, Santiago Ramón y Cajal, ponía el acento en la necesidad de ejercitar el cerebro de la misma manera que el atleta trabaja sus músculos para lograr los mejores resultados. Esta reflexión la hemos de tener muy en cuenta. No en vano, Ramón y Cajal es considerado el padre de la neurociencia.

Buena parte de lo que sabemos del cerebro y de nuestros comportamientos se lo debemos a sus investigaciones. Y, como no podía ser menos, el marketing como disciplina también está centrado en el estudio del comportamiento humano, lo que ha colocado los conocimientos de la neurociencia en su punto central. Siendo el neuromarketing el principal ejemplo de ello.

Tradicionalmente, el neuromarketing ha estado centrado en el estudio del comportamiento de los clientes durante el proceso de compra. Conocer los estímulos que determinan que una persona elija un producto u otro y analizar cuáles son las claves emocionales que conducen a seleccionar un artículo u otro, resulta fundamental a la hora de diagnosticar la mejor estrategia a seguir para su mejor posicionamiento en la mente del consumidor.

Pero nosotros queremos ir más allá. El neuromarketing cuenta con la facultad de potenciar la venta no solo del producto que sale de la empresa, sino a la organización en sí misma. La pandemia de coronavirus ha cambiado el modelo de relación entre los trabajadores, convirtiendo el teletrabajo en una de las bases del día a día. Las reuniones en remoto determinan el desarrollo de nuestra labor cotidiana y resultan cruciales para la productividad de la compañía.

Si sabemos utilizar las técnicas del neuromarketing para desarrollar el teletrabajo, seremos capaces de optimizar nuestra jornada y evitaremos caer en las garras de ese ladrón del tiempo tan pernicioso y habitual que nos lleva a desaprovechar las reuniones, mucho más cuando son a distancia.

El neuromarketing en las reuniones en remoto

Te contamos las claves que harán que, aplicando el neuromarketing, las reuniones asociadas al teletrabajo sean verdaderamente provechosas.

Todos sabemos que las reuniones son imprescindibles para el éxito en la vida de una empresa. Saber el tipo de personas que deben asistir, su nivel de implicación y valía son vitales. Por ello, es importante conocer el asunto que se va a tratar, las ideas de las que se parten y los objetivos que se pretenden alcanzar.

Para evitar que las emociones surjan y nos aparten de los objetivos previstos, debemos primar las opiniones racionales. Por eso, hay que dejar por escrito la mayor información posible. Nuestras experiencias en RMG como empresa consultora en marketing y ventas inteligentes nos han ayudado a marcar las principales fases:

  • Planificación. Definir el tema que se va a tratar.
  • Preparación. Organización de cómo y en qué tiempos.
  • Desarrollo. Dirigir y asumir responsabilidades. Liderar y neurociencia.
  • Conclusiones. El líder debe asumir la correcta dirección.
  • Seguimiento. Resumir, concluir y comprometer al equipo.

¿Por qué asistir? ¿Por qué convocar?

Las personas que son convocadas a las reuniones solo acuden por dos motivos:

  • Porque tienen algo que ganar (activan el sistema de recompensa cerebral).
  • Por obligación, para evitar una pérdida o castigo (activación del sistema de aversión a la pérdida).

Por tanto, el responsable de la reunión debe tener en cuenta los parámetros psicológicos y de funcionamiento cerebral para influir en las decisiones de grupo:

  • Los asistentes solo prestarán atención a los puntos que consideren importantes, es decir, a los que les hagan ganar algún tipo de recompensa o evitar una pérdida. Para conseguirlo, el líder debe averiguar qué les interesa a los convocados y enfocarlo ahí.
  • Efecto manada. Si los asistentes a una reunión tienen la misma opinión sobre algún punto que se trate, será más fácil que el resto opine lo mismo.
  • Efecto Google. Podemos hacer cambiar de opinión si activamos el núcleo accumbens con algún tipo de comentario o cifra que resulte más atractiva. Por ejemplo: los beneficios de la compañía han aumentado un 1 % en el último año y el volumen de ventas se ha disparado un 10%.
  • Efecto halo. Si nos acompañamos de alguna persona con una fama positiva en la empresa y se pone de nuestra parte.