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Son herramientas que han de usarse de una forma óptima y rentable con el objetivo de fomentar el desarrollo de una empresa.
Aunque la feria precisa una revisión total en su estrategia para volver a ser competitiva, seguimos pensando que son mercados vivos de operaciones comerciales. En ellas se encuentra concentrada “en vivo y en directo” la mejor fuente de información del sector, y son además el mayor centro neurálgico para poder intercambiar opiniones y tendencias.
Es por esto que son herramientas que han de usarse de una forma óptima y rentable con el objetivo de fomentar el desarrollo de una empresa.
Ante nuestra pregunta, el 62% de nuestros lectores opina que actualmente las ferias siguen siendo rentables para la mayor parte de las empresas.
Nuestra recomendación es informarse adecuadamente sobre la feria: antigüedad, reconocimiento dentro del sector, dimensión nacional o internacional, periodicidad, y lo que es más importante, su poder de convocatoria.
Elegir la feria más adecuada para la promoción y consolidación de la imagen de la empresa es vital, porque a una feria hay que exigirle ser el punto de encuentro entre la mejor oferta y la demanda más especializada de su sector. Es decir, debemos escoger una feria líder.
Algunas de las acciones que se deberían llevar a cabo durante la feria son las siguientes:
- Reuniones diarias con el personal del stand para intercambiar información, aclarar dudas y valorar resultados.
- Rellenar las fichas de contacto para crear una base de datos de visitantes.
- Distribuir catálogos en papel o en soporte informático pero controlando su distribución.
- Entregar obsequios o artículos de promoción pero limitando su distribución para mostrar cierta exclusividad.
- Recoger información sobre la competencia.
- Potenciar nuestro posicionamiento en la red y los social media.