McDonald’s está luchando por sobrevivir. Aunque es la mayor cadena de hamburguesas del mundo y ha seguido abriendo restaurantes, las ventas se han estancado.
Entre 2011 y 2014, la facturación de la compañía creció apenas el 1,6% y sus beneficios bajaron un 13,5%. En nuestro país en los últimos dos años las ventas se estancaron y McDonald’s facturó apenas 947 millones. Los responsables de la compañía en España achacan las pérdidas al fuerte impacto de la competencia y a la crisis económica.
La cadena se enfrenta a numerosos obstáculos:
- La empresa se ha quedado anticuada: se paró mientras la sociedad cambiaba a pasos agigantados.
- La compañía se ha olvidado de la nueva tendencia hacia los alimentos naturales y el menú es excesivamente largo, lo que ralentiza el servicio y complica la gestión a la plantilla.
- Han surgido nuevas empresas que han logrado posicionarse muy bien en el mercado.
A esto hay que añadir que la estrategia a escala mundial puesta en marcha por el anterior consejero delegado, Don Thompson, no dio resultados. Los numerosos analistas del mercado han señalado además otra causa para la fuerte caída de McDonald’s: la creciente abundancia y agresividad de sus rivales, sean hamburgueserías o no. El mes pasado se anunciaron nuevos planes para reflotar la multinacional pero aún no han sido puestos en marcha ni siquiera en EE UU.
En nuestro país, parece que las nuevas hamburgueserías le están pasando factura, y es que la caída, precisamente, en facturación por punto de venta se debe no solo a que los clientes disminuyeron, sino también a que los precios se han congelado o han bajado. Así, Burger King, el gran rival de McDonald’s en España ha bajado agresivamente el precio de algunos productos.
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