En muchas ocasiones, los compañeros de trabajo son aquellos con quienes pasamos más horas al día. Que sean de nuestro agrado será muy positivo a la hora de mejorar nuestra calidad de vida laboral, pero aquí no se trata de valorar el plano personal sino de algo mucho más básico, que no compliquen el desarrollo de nuestra actividad diaria o incluso lo perjudiquen. Como elegir a los compañeros de trabajo es imposible, David Cormí, socio director de Incrementis, y Jonathan Littman y Marc Hershon, autores de ‘Cómo rebelarse en la empresa’ explican cuáles son los perfiles más habituales y dan las claves para neutralizar sus efectos ‘nocivos’.
El trabajador criticón
Siempre está criticando los defectos de los demás. Su idea es desprestigiar y ofender. Para minimizar sus ataques, lo más adecuado es no ponerse a la defensiva sino aceptar sólo la parte de la crítica que esté justificada, nunca las exageraciones. Hay que ser asertivo y responderle con preguntas tipo: ¿A qué te refieres en concreto?
El compañero impulsivo
Siempre manifiesta su opinión a gritos, incluso acompañados de golpes sobre la mesa. Ante un compañero así, nunca hay que tomarse sus rabietas como algo personal. Mejor esperar que se calme y hablar con él con tranquilidad, comprensión y empatía.
El ser negativo
Los hay en todas partes, pero en el trabajo pueden llegar a exasperar. Para él todo es imposible o va a salir mal. La única opción, dejarle hablar, escuchar sus objeciones, que se desfogue. Después, intentar demostrarle que sus miedos son infundados de la forma más empírica posible.
El peligroso manipulador
Es uno de los perfiles que pueden hacernos más daño a nivel laboral. Utiliza verdades a medias en su propio beneficio. Crea malentendidos que puedan beneficiarle y le importa muy poco la verdad. Para hacerle frente, tenemos que comprobar de manera discreta la veracidad de sus informaciones. Responder a sus engaños y hacer patente sus mentiras. Ante él tenemos que demostrar fuerza y asertividad.
El dictador
Está acostumbrado a intimidar y dominar a quienes le rodean. Es intolerante con los demás, en especial con los que no piensan como él. Ante este perfil sólo nos valen los hechos expresados de la forma más contundente. Tratarle con respeto, pero de igual a igual. Nunca mostrar ningún tipo de sumisión porque pensará que se enfrenta a alguien débil. Es clave usar un tono de voz directo, claro y conciso.
Perfil mentirosillo
El mentirosillo ante todo quiere caer bien. Su falta de confianza le lleva a querer siempre escaquearse de los problemas o responsabilidades, por ello hay que estar especialmente alerta para no dejarse embaucar por su falta amistad. Debemos ser directos y pedirle su opinión para ver su verdadera postura.
El cuadriculado
Maniático de manual, cree que todo el mundo debe acatar su exagerado sentido de las reglas. Insiste permanentemente en ello y desgasta toda su energía y la tuya si es necesario. Hay que reconvertirle ayudándole a suavizar su punto de vista y a disfrutar con propuestas improvisadas o incluso descabelladas.
La inmensa mayoría
El denominado ‘oveja’ es el perfil de compañero que más se repite y, además, es el más exasperante e irreductible. Siempre defiende las ideas comunes, es incapaz de tener un planteamiento propio, pero simplemente porque no quiere. Seguir la tendencia marcada por la mayoría es el camino más cómodo. Por ello es muy complicado hacer frente a este ‘colega’. La oportunidad de ‘ganarle’ para nuestra causa la tendremos en el plano individual. Pero hay que intentarlo, porque según los expertos articulistas de esta reflexión, “si ganas una oveja para tu causa , puede que te de una alegría y atraiga a muchas más”.