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El trabajo híbrido, la flexibilidad horaria o la fatiga digital son algunos de los cambios propiciados por la pandemia que se mantendrán en muchos sectores empresariales.
Durante año y medio, el mundo entero estuvo paralizado. El primer confinamiento de la pandemia, en marzo de 2020, obligó a muchas personas a cambiar radicalmente sus hábitos de trabajo debido a las restricciones, por lo que muchas empresas se vieron obligadas a imponer el teletrabajo como la única opción para seguir con su actividad.
La rápida adaptación de las empresas y los profesionales a la nueva normalidad ha tenido un impacto asombroso en nuestra forma de trabajar. Por este motivo, los expertos de Sesame HR, han detectado los principales cambios que la pandemia ha traído:
Trabajo híbrido
Esta es una tendencia que propició y aceleró la pandemia y que cada vez se está convirtiendo en un estándar para más organizaciones. La combinación del teletrabajo y la presencialidad ofrece a los profesionales una mayor comodidad y la posibilidad de alternar entre espacios según sus necesidades, mientras que para las empresas se convierte en un atractivo extra para captar talento.
Horario flexible
Este es definitivamente uno de los grandes beneficios de trabajar de forma remota. La necesidad de conciliar la vida familiar y laboral a través de un modelo de trabajo más flexible marcó el confinamiento y ya se asume como un requisito en empresas de diversos sectores.
Oficina en casa
Debido a los confinamientos, miles de personas tuvieron que improvisar un escritorio de trabajo en su propio domicilio. Con tan solo un ordenador y conexión a Internet, cientos de personas deslocalizaron sus puestos en la oficina, lo que ha propiciado que en muchos hogares vuelvan a tener importancia los espacios de estudio y la separación de ambientes. Una tendencia que se generó con la pandemia y que, sin duda, está influyendo en la forma de entender nuestros hogares.
Fatiga digital
Uno de los otros efectos provocados por la pandemia, en este caso negativo, es una mayor exposición a las pantallas, lo que puede derivar en problemas de salud como fatiga visual, dolores de cabeza, o incluso una disminución de la calidad del sueño. Para evitarlo, es aconsejable realizar diversos descansos claros a lo largo de la jornada laboral.
En definitiva, “el modelo laboral que hasta ahora era indiscutible, más rígido y totalmente marcado por la presencialidad, ha encontrado un punto de inflexión sobre el que evolucionar en los próximos años. Es un cambio que irá más o menos rápido, pero que tiene una base irreversible”, concluye Soriano.
