¿Cómo aprovechar el talento sénior?

El talento sénior va a jugar un papel fundamental
  • Los parados con más de 45 años son considerados de larga duración


  • En diez años la mitad de la población tendrá más de 50 años

Cuando escuchamos la palabra sénior dentro de una empresa, la imagen mental que se genera es la de alguien con experiencia. A partir de cierta edad, este mismo calificativo que resulta tan positivo, empieza a ser un lastre en el currículum. El 56% de los parados españoles con más de 45 años son considerados desempleados de larga duración. Las estadísticas señalan que probablemente muchos de estos perfiles no vuelvan a encontrar un puesto de trabajo. La sociedad española está cada vez más envejecida, no en vano somos, después de Japón, el país con una esperanza de vida más longeva.  Si la tendencia se mantiene, en apenas diez años la mitad de la población tendrá más de 50 años, en veinte, adelantaremos al país nipón en longevidad. Si la tendencia continúa el cambio demográfico es inevitable y con ello la reestructuración del mercado laboral.

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Los sénior tienen mucho que aportar

El talento sénior va a jugar un papel fundamental y se deben empezar a eliminar los prejuicios que giran en torno a este perfil profesional. Excluirles del mercado laboral alegando que les falta motivación o que no conocen el mundo digital es un error, no solo por desaprovechar su experiencia, sino porque es un sistema poco sostenible. Con este tipo de prácticas corremos el riesgo de que nuestro mercado laboral se quiebre. La sociedad debe adaptarse a las características propias de nuestro país y ofrecer alternativas que no excluyan a gran parte de la población. El talento que aportan los trabajadores de más de 45 años hay que potenciarlo, nunca obviarlo y prescindir de él.

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¿Qué hacen las empresas?

Algunas propuestas respecto a este asunto hacen referencia a la edad de jubilación, a que las personas que quieren seguir desarrollando su carrera profesional, lo hagan voluntariamente. Otras señalan la posibilidad de percibir parte de la pensión aunque se siga ingresando cierta renta, algo que ya existe en algunos países europeos. Sin ir más lejos, al 68% de este colectivo no le importaría perder parte de sueldo si trabajan, pero menos.

En España solo el 29% de las compañías disponen de un plan para aprovechar a estos perfiles profesionales. Un dato bajo, teniendo en cuenta que la media europea abarca el 52% de las organizaciones. Si se deja de ver estas iniciativas como una obligación y empieza a plantearse como una oportunidad, los resultados pueden ser notorios.

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La sinergia de generaciones tan dispares como los baby boomers y los milennials son una realidad en la mayoría de ambientes de trabajo, y sacar partido de ello está en la mano de las empresas. No hay más que recordar la película de El Becario, en ella Robert De Niro interpreta a un jubilado que decide empezar una beca de prácticas en un ecommerce. Durante el largometraje se puede apreciar como De Niro tenía conocimientos que los jóvenes empleados no, y viceversa.  La sinergia de perfiles profesionales distintitos aporta valor a cualquier compañía. Un ejemplo del valor que aporta la experiencia es el la hazaña del piloto de avión Chesley Sullenberger. A punto de jubilarse realizó un aterrizaje de emergencia sobre el río Hudson en Nueva York que salvó a los 155 pasajeros.