-
Cada vez más empresas deciden trabajar con microinfluencers por sus grandes resultados de conversión.
-
La fidelidad de la comunidad de seguidores es una de las claves que los hace especialmente interesantes para promocionar marcas.
Los influencers son un perfume que deja su aroma por el mundo digital. Algunos lo copan todo, su olor es omnipresente; todos los reconocemos. Otros conservan una esencia más pura. Se preservan en un recipiente pequeño y su fragancia llega a una audiencia más selecta. Esos son los microinfluencers. Los afortunados que reciben su frescura lo sienten como algo propio, presumen de él, lo recomiendan. En ello reside su valor, en la proximidad, en la interacción con sus seguidores. Crean una comunidad fiel y confiada. ¿Hay mejor valor para las marcas que este?
Sabemos que el marketing y la publicidad son sobre todo emoción y en eso influencers y microinfluencers son imbatibles. Hoy nos queremos centrar en los hermanos pequeños, esos que cuentan sus seguidores por miles, pero no alcanzar los millones de las celebridades de Internet. ¿Qué pueden aportar a las marcas?
Un estudio de Markerly, una empresa especializada en el contacto de influencers y microinfluencers con las marcas, lo explica muy claramente. Según el mismo, el ROI, o retorno de inversión en relación con el capital invertido, es mucho mayor entre los microinfluencers, ya que la inversión es mucho menor en relación con los grandes líderes de opinión y el porcentaje de likes y comentarios, muy superior.
Credibilidad y cercanía, un punto a favor de los microinfluencers
Queremos que sean los propios microinfluencers los que nos cuenten ese plus que supone escribir para una comunidad próxima y qué ventaja puede tener eso para las marcas. Hablamos para ello con Isabel Zúñiga, creadora del blog de estilo de vida y decoración A gusto en casa y cuya cuenta de Instagram vive un crecimiento sostenido, con más de 10.000 seguidores.
“Un punto esencial que creo que aportamos es la credibilidad. Hacemos post sobre cosas que sabemos, que hemos probado”. La comunidad de seguidores es la esencia que soporta su existencia y el tono de las publicaciones es mucho más empático con ella. Además, existe una retroalimentación superior que redunda en beneficio de esa credibilidad: “Todo lo que me preguntan los seguidores lo contesto”, asegura Isabel.
Los microinfluencers suelen, además, estar especializados en un tema determinado y se convierten en los expertos que aconsejan a sus seguidores el mejor uso de un producto o servicio concreto. “Cuando me pregunta cualquier tipo de detalles sobre esos productos, les cuento mi experiencia”.
Las recomendaciones directas de familia, amigos o conocidos han sido siempre uno de los puntos clave en la toma de decisión cuando queremos adquirir un producto o servicio concreto. En Internet y las redes sociales, los microinfluencers se han convertido en una especie de familiares en los que los usuarios confían.
Los conocen porque han leído sus post y, en algunos casos, han compartido conversaciones sobre los temas que les interesan. “En mi caso, puedo ayudarles sobre diferentes aspectos relacionados con el mundo del hogar, ya que toco varios nichos. Eso hace que lleguemos a un público más amplio: desde el que está interesado por la cocina al que quiere saber más sobre productos de limpieza o de decoración”, explica Isabel.
Muchos microinfluencers, además, tienen cuentas en varias redes sociales y un blog asociado. Esto hace que la referencia a su producto no caiga en el olvido tras haber aparecido, por ejemplo, en un post efímero de Instagram. Si se alude al artículo en el blog, por ejemplo, la referencia a la marca perdurará mucho más tiempo que en el caso de los influencers, cuya recepción de contenidos publicitarios es mayor.
La tendencia está cambiando. Según el reciente estudio Influencers Marketing, de EAE Business School, los microinfluencers con menos de 30.000 seguidores suponen el porcentaje más alto de perfiles usados en campañas de marketing. Su fragancia honesta, intensa y perdurable conquista más a las empresas, cada vez más convencidas de que la esencia más pura va en frasco pequeño.