¿Deben adaptar las empresas sus estrategias de Marketing a la cultura de cada país?

¿Deben adaptar las empresas sus estrategias de Marketing a la cultura de cada país?
  • Es fundamental que las empresas aumenten sus esfuerzos y recursos en marketing.


  • La competencia internacional es cada vez mayor.

La época que nos está tocando vivir no solo es una época evolutiva, sino de constantes cambios y muy rápidos, máxime cuando las nuevas tecnologías han adquirido un gran protagonismo empresarial.

Nos encontramos ante un cambio radical en la visión del marketing, ya que si en el mercado local no se puede crecer, la compañía debe optar por salir a nivel internacional o mejorar la fidelidad de sus clientes.

Precisamente este es el tema sobre el que preguntábamos hoy a nuestros lectores, si de verdad creen fundamental que las empresas adapten sus estrategias de marketing a la cultura propia de cada país. Nos hemos encontrado ante un rotundo 83% de opiniones que lo creen así.

Lo que en un país es aceptado, en otro puede ser rechazado, afectando nuestra imagen. Clic para tuitear

Y es que cuando salimos al exterior los problemas pueden multiplicarse, por lo que si de entrada no hacemos una buena planificación, los resultados en otros países pueden ser desastrosos. Es por esto que es muy importante que las empresas aumenten sus esfuerzos y recursos en marketing para acercarse mejor a sus clientes y a los consumidores de otros países. No hay que olvidar además, que la competencia internacional es cada vez mayor, lo que aumenta en gran medida las dificultades para presentar nuestros productos y servicios como únicos.

Por supuesto hay que contar con los valores culturales de cada país, pues lo que en algunos es normal e incluso típico, en otros países se puede convertir en un insulto que termine por hundir nuestra imagen.

Asimismo la formación e información del consumidor complementado con un mejor nivel de la renta, ha permitido que los hábitos de consumo hayan cambiado. Ahora el cliente se decide por un producto más por su valor añadido que por su propia funcionalidad.