Los maestros de los relojes no se podían quedar observando de manera pasiva cómo las empresas tecnológicas se quedaban con un nuevo nicho de mercado. Además de Swatch, que ya anunció que lanzaría un reloj inteligente para competir contra Apple, la compañía suiza Manufacture Modules Technologies (MMT) ha decidido lanzar una línea de relojes inteligentes.
MMT es una empresa conjunta de la compañía de tecnología para vestir Fullpower, de Silicon Valley, y Union Horlogère Holding, propietaria de las firmas fabricantes de relojes suizas Frédérique Constant y Alpina. Podría pensarse que nada se sabe de la tecnología MotionX de Fullpower, pero es lo que respalda la moderna Jawbone y los “wearables” de Nike.
Es necesario aclarar qué entiende MMT por “reloj inteligente”. La categoría es muy laxa y puede comprenderlo todo desde una calculadora de muñeca Casio de estilo 1980 hasta aparatos como el Samsung Gear S y el Apple Watch. Un Swiss Horological Smartwatch se ubica en el punto intermedio del espectro.
Parte de la estrategia de MMT es licenciar la tecnología a otros fabricantes de relojes conforme el mercado de relojes inteligentes siga creciendo.
Fullpower tiene en la actualidad más de 45 patentes estadounidenses aprobadas y más de 75 adicionales solicitadas que cubren desde sensores hasta software.
Mientras gigantes como Swatch y TAG Heur ya han comenzado a trabajar en sus propios relojes inteligentes, MMT apunta a que su plataforma proporcione a las marcas más pequeñas y de menor precio una vía de ingreso al mercado de relojes inteligentes con un sistema sofisticado.
La pregunta obligada es: ¿Es ese el tipo de reloj inteligente que la gente quiere?
Sin duda tiene sus ventajas.
Al utilizar energía Bluetooth y cuarzo a batería, no hay necesidad de recarga y basta con cambiar la batería aproximadamente cada dos años. Las indicaciones son claras y simples, de modo que resulta fácil incorporar el aparato a la vida cotidiana sin hacer grandes cambios. Lo que tal vez sea lo más importante, tiene una forma y una estética con las cuales los consumidores ya están familiarizados. En otras palabras: tiene un aspecto atractivo y es racional.
También tiene desventajas. Los dispositivos de control de estado físico llevan años haciendo lo que ahora hace un Swiss Horological Smartwatch, pero la mayor parte de los compradores deja de usarlos en un período de seis meses posterior a su adquisición. No hay problema si se trata de una pulsera de goma de US$150, pero probablemente lo haya en el caso de un reloj enchapado en oro de US$1.295.