Hace casi dos meses que dejamos atrás las vacaciones. La gente que se apuntó al gimnasio, a las clases de inglés, que comenzó varias colecciones… no ha conseguido un cuerpo más estilizado y su casita de muñecas, se ha quedado sin tejado. La realidad se hace patente y el trabajo requiere de nuevo nuestra máxima atención, dejando a un lado este tipo de actividades.
El estar en contacto con la realidad me ha llevado a reflexionar sobre lo más importante en nuestro día a día, y es ser humilde. Etimológicamente humildad proviene del término humus, que significa tierra y es ahí dónde quiero llegar, por eso aconsejo mantener los pies, en la tierra. La humildad es un valor en alza que permite al profesional poseer una de las herramientas imprescindibles para alcanzar objetivos, la coherencia. Gracias a la coherencia se es consciente de la realidad, no se pierde el tiempo vanagloriándose, por lo que se tiene una visión real. Es decir, se debe pisar la tierra y estar permanentemente en el mercado y no vivir en un acuario donde se mira la realidad tras un cristal.
Como he comentado, las vacaciones terminaron y es hora de aterrizar para salir con éxito de la crisis que se nos avecina. Una vez más, debemos darnos cuenta de que la solución la tenemos al alcance de todos, es algo tan sencillo como no perdernos en el mundo irreal que nos rodea, sino vivir el día a día sabiendo dónde estamos.
