“Por qué lo simple gana”: consigue una mayor productividad con menos esfuerzo.

  • ¿Qué podemos hacer para centrarnos en conseguir una mayor productividad con menos esfuerzo?

Lisa Bodel, es la autora del libro “Por qué lo simple gana”. Fundadora y CEO de Futurethink, compañía dedicada al asesoramiento de organizaciones en la adaptación de cambios y al incremento de su capacidad de innovación.
Bodell cuenta con una amplia y destacada experiencia, transformando a equipos de trabajo de empresas como Google, Novartis, Accenture, entre otras.

En la era del exceso de información, la hiperconectividad y los procesos interminables, muchas empresas han caído en la trampa de la sobrecarga innecesaria. Reuniones improductivas, correos sin fin y tareas repetitivas se han convertido en parte del día a día, generando una sensación de frustración y agotamiento.

El principal objetivo del libro es ayudar a los líderes y a sus equipos a superar esos sentimientos de frustración que se derivan del trabajo improductivo de la sociedad en la que nos encontramos.
Uno de los grandes méritos de esta obra es que no se queda en la superficie. Bodell proporciona herramientas, casos reales y una metodología fácil, con la que crear culturas corporativas en las que el trabajo valioso, esencial y lleno de sentido sea la norma y no la excepción, haciendo de la simplicidad un hábito.

“Por qué lo simple gana” invita a los lectores a imaginar un lugar de trabajo más claro, más eficiente y más humano. Es una lectura indispensable para cualquier profesional que sienta que el trabajo se ha vuelto más una carga que una fuente de realización. Y, especialmente, para aquellos líderes que quieren recuperar el propósito, la energía y la innovación dentro de sus equipos.

Según la autora Lisa Bodell, “Las habilidades de simplificación son muy utilizadas, pero vale la pena cultivarlas y ponerlas en práctica. Hacerlo es, incluso, una necesidad. En esta era de complejidad, la simplicidad tiene un potencial enorme para agregar valor y para ayudarnos a salir de la mediocridad y la autocomplacencia. Al simplificar nuestras organizaciones, las volvemos más dinámicas, innovadoras y rentables. Y, por si fuera poco, las transformamos en un lugar donde los trabajadores se sienten más satisfechos y productivos. Podemos hacer de nuestros lugares de trabajo un espacio donde primen la civilidad y el respeto al tiempo y los esfuerzos del otro, de tal manera que no se desperdicien”.