Juan Carrión Maroto, profesor de ESIC, socio-director de Be-up y ponente en la pasada edición de Hoy es Marketing 2013 celebrada recientemente, recoge en este artículo sus ideas sobre la Innovación y la Creatividad en la empresa.
Lo cierto es que vivimos en un mundo dominado por lo extremo, lo desconocido y lo muy improbable; en el que las recetas del pasado no nos aseguran el futuro. Ante un entorno tan enormemente complejo, las organizaciones empresariales necesitan construir nuevos mapas, generar nuevas formas de pensar, innovar y crear nuevos hábitos para ser capaces de enfrentarse a esa enorme cantidad de desafíos adaptativos que genera el entorno.
Ante esta situación, está claro que necesitamos empresas diferentes, que hagan cosas diferentes; empresas que sean capaces de innovar no sólo de forma incremental en productos y procesos; necesitamos innovaciones más radicales, orientadas a generar nuevos conceptos de negocio e incluso a generar nuevas formas de organización empresarial (innovación en la gestión). Es evidente que nuestras empresas parten de paradigmas caducos, anclados mentalmente en el siglo XIX; paradigmas que las convierten en organismos profundamente desadaptativos y mínimamente innovadores.
Ocho grandes mentiras
Pero además, este pensamiento, nos deja múltiples ideas más que cuestionables. Las ocho grandes mentiras de la innovación.
- La innovación es un proceso racional y lineal (también habría que decir: y lento) que sale de complejos embudos de las ideas. Mentira, el reto es simplificar y agilizar los embudos que matan cualquier atisbo de creativida.
- Innovación = I+D (dinero). Mentira, la innovación no es sólo dinero. Aunque es importante invertir en I+D, la innovación es ante todo una actitud de las personas. Habría que hablar de I+D+i+p.
- Innovación radical = tecnología. Mentira, no siempre la tecnología es diferenciadora, y no siempre se usa para cosas útiles. La clave está en el uso.
- La innovación radical surge de los clientes “normales”. Mentira, normalmente las ideas innovadoras surgen de necesidades de clientes “especiales”.
- Innovación radical = calidad (mal entendida). Mentira, las viejas ideas de calidad surgidas en los años 90, no son más que soluciones de tercer decimal. Incrementalismo rancio que nos da de comer a corto plazo, pero que nos despista del camino de la innovación.
- Innovación = Benchmarking (mal entendido). Mentira, copiar a otros, en muchas ocasiones, ni siquiera nos lleva a la paridad competitiva. Luchemos por ser realmente diferentes.
- Hasta que se es el número 1 hay que innovar. Mentira, si eres número 1 y dejas de innovar morirás.
- La innovación viene de arriba. Mentira, la innovación puede surgir en cualquier nivel organizativo: la innovación debería ser cosa de todos.
Acciones
Por lo tanto:
- Tenemos que romper con los viejos paradigmas de la innovación y superar el miedo a explorar.
- Pongamos en valor la inteligencia colectiva de todos los miembros de la organización.
- Exploremos modelos de innovación abierta.
- Apostemos por la innovación en la gestión y el self-management.
Ya existen muchas empresas que han explorado modelos mucho más innovadores: SEMCO, St.Luke’s, Gore-tex, WFM, Morning Star, Apple, Google… Y lo más increíble es que lideran sus sectores. Son una nueva especie de empresas mucho más adaptativa que las anteriores.