Las biotecnológicas aprenden que investigar no basta, hace falta vender

Mucho se ha hablado en los últimos años de la “fuga de cerebros” que se ha dado debido a la crisis. Siempre se ha dicho que hay que apoyar al i+D+I, pero no se habla de lo principal y es qué se hace con los productos, estos hay que venderlos y no sólo en el mercado nacional, sino también en el internacional.

Pero la crisis de los últimos años ha enseñado a las empresas basadas en la biociencia que están innovando en el desarrollo de tratamientos médico, que tener buenas patentes, los científicos más reputados y unos laboratorios que no tienen nada que envidiarle a los mejores de Europa y EE UU no basta para crecer. Hay que vender.

Nos encontramos en una fase de inmadurez comercial en este sector, no sabemos vender. Para ello hay que desarrollar redes de comercialización propias que ayuden a vender los productos directamente en lugar de depender de las grandes farmacéuticas.

Es un sector emergente, pero tenemos que ser muy conscientes de que cualquier proyecto biomédico necesita 10 años para su desarrollo, y que la investigación en este campo solo tiene futuro si hay empresas que la lleven adelante. Si no, estamos gastando nuestro esfuerzo en investigación para grandes multinacionales.

Tenemos que ser capaces de conseguir que los productos se vendan a nivel global. Lógicamente, la situación de España no nos ha ayudado. Para ello, hace falta capacitación, no científica, sino en temas de marketing y distribución. En ese sentido, la Administración tiene el deber de abrir los ojos a las empresas. En vez de darles dinero para contratar más doctores, podría dárselo para abrir oficinas comerciales en Londres o Boston.