La imagen de España en el mercado

En los últimos meses el Wall Street Journal ha escrito una serie de artículos en los que trataba de reflejar la realidad española y que tuvieron gran repercusión en el mundo a través de múltiples medios. La consecuencia de esta imagen es la caída en la valoración de la marca España, como es en el caso de la bajada de la percepción de calidad nuestro país, un 38% en Méjico en los últimos meses.

Otro ejemplo lo tenemos en cómo se ha disparado la demanda de empleo de españoles través de portales online, que se ha multiplicado por tres en el último año. España lucha contra una realidad dolorosa y contra una imagen equívoca, que agranda los problemas y bloquea posibles soluciones.

El cóctel de cara al exterior es preocupante, ya que aunque la realidad es dura, seguimos teniendo grandes activos como país a pesar de contar con problemas de gran índole, como nuestra gran tasa de desempleo, los problemas de déficit, bancarios, de liquidez y de consumo que atravesamos. España ha sido referente en América Latina y es en estos momentos cuando está comenzando a dejar de serlo, gracias a todos estos aspectos negativos que sufre la economía española, pero también creemos que en mayor medida por una mala promoción de nuestro país.

Nuestro país tiene como importantes bazas su situación geopolítica, unas infraestructuras desarrolladas (de las mejores del mundo), además de haber conseguido elevar en gran manera las exportaciones. En definitiva, seguimos teniendo un gran potencial y una capacidad de recuperación.

La senda de la mejora es grande pero no debemos olvidar que España cuenta con un marco de seguridad jurídica contrastado, además de encontrarnos en un mercado estable como es el europeo y de estar inmersos en una serie de reformas estructurales que deben culminar con una mejora en la situación. La imagen de España debe ser restituida con una estrategia de acciones enfocadas a la promoción de las inversiones en España, para ayudar a las empresas españolas abrirse a nuevos mercados internacionales y proyectar una imagen de marca de nuestro país que aumente el valor de nuestros activos.

España ha sido un país que generalmente se ha crecido ante las adversidades pero tenemos un hándicap respecto a nuestros vecinos. Nuestra idiosincrasia con frecuencia se convierte en nuestro peor enemigo y pecamos de cierto tremendismo y negatividad que impide transmitir una visión más positiva a nivel mundial, justo la campaña de relaciones públicas que deberíamos tener. A nivel interior queda también mucho camino por hacer, ya que debemos ser conscientes de la mala influencia en nuestro estado de ánimo que aporta la información negativa y pesimista en relación al consumo. Demos un cambio a la dinámica y comencemos a generar confianza, empezando con la imagen de marca de nuestro país.