Poner en marcha un negocio sigue siendo una verdadera carrera de obstáculos, así mismo lo ha dicho el Banco de España.
La hipertrofia normativa pone a nuestro país en la lista de lo más complicados para los emprendedores y autónomos incluso por delante de Francia e Italia.
A pesar de los intentos por parte de la Administración para facilitar el proceso de los trámites o la ventanilla única no han culminado con éxito.
El control estatal, sumado a las barreras de inversión, al comercio y al emprendimiento, son los mayores impedimentos que presenta la legislación española, circunstancias que dificultan enormemente la actividad económica de las compañías y que suponen un freno a la iniciativa empresarial de nuestro país.
El informe de La regulación en el mercado de productos en España según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo económico (OCDE), publicado por el Banco de España, pone de evidencia el grado de complejidad regulatoria, que está muy por encima de las principales potencias europeas como Francia, Italia, Alemania o Gran Bretaña.
Estos obstáculos viene determinados por el número de trámites necesarios para constituir un negocio, el tiempo necesario para realizarlo y su coste. En otras palabras, esta situación se debe a “un sistema de licencias y autorizaciones más costoso”. Además, el informe indica que desde el año 2003 nuestro país se ha mantenido en una postura estática en el ámbito de la regulación.
¿Podemos ser competitivos con estas trabas? De nuevo, otro impedimento para poder crecer y ser tan competitivos como el resto de los países.