Esta semana aprovechábamos la entrevista al referente de la biología Peter Lawrence para analizar la fuga de cerebros y talento científico que existe en nuestro país. Hoy, conocemos las cifras de los flujos migratorios tanto hacia fuera como dentro de España.
España sigue perdiento ciudadanos a pesar de la recuperación económica. Según los datos que arroja el INE, en 2014 desaparecieron del censo casi 78.800 españoles y más de 330.500 extranjeros. Así, a principios de este año, se registraba una caída del 0,16% en términos relativos, dejando una población total de 46,43 millones de habitantes.
La salida de ciudadanos de nuestras fronteras viene muy determinada por la crisis económica y la búsqueda de oportunidades en otros países. Atendiendo a los lugares de destino, en primer lugar se sitúa Reino Unido, seguido de Francia y Ecuador. Se constata así que un 36% de los españoles que han salido son extranjeros nacionalizados que volvieron a su país de origen. Del resto de ecuatorianos -sin nacionalidad española- la gran mayoría son menores de 16 años cuya mayor motivación para regresar a su país es la falta de oportunidades laborales en España.
Si tenemos en cuenta el rango de edad de los españoles que emigran, la más significativa es la de entre 30 y 34 años, con más de 12.000 personas, algo que refleja las enormes dificultades que encuentran los jóvenes para encontrar un trabajo aquí, siendo la mayoría de ellos licenciados. Los movimiento migratorios también se producen entre Comunidades Autónomas, ya que todas pierden población (Cataluña y Castilla y León) con la excepción de 4 regiones del litoral: Baleares, Canarias, Andalucía y Murcia).
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