Antonio Crespo Martín de Vidales reflexiona en esta sección sobre la importancia vital del lenguaje y el poder gigantesco de la palabra, presentes en todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida y, ¡cómo no! también en el profesional.
“El lenguaje abre las puertas a la razón y la vida”, afirma Emilio Lledó. No puedo esta más de acuerdo, pienso exactamente lo mismo… y desde hace muchos años, tantos como los que he podido poner en práctica estas reflexiones.
Seducimos a la persona amada con la palabra, nos explicamos con la palabra, razonamos con la palabra, herimos con la palabra, rezamos con la palabra… y además de muchos conceptos que podemos añadir, finalmente ‘vendemos’ con la palabra. Es el vínculo más directo con el resto de los seres humanos e incluso con uno mismo, en este caso con la palabra interior, la que nace en nuestra conciencia.
Todo es comunicación, voz y sonido unido a gestos que persiguen un fin determinado así ha sido desde la cuna del ser humano hasta su final. En nuestro caso además de todo lo expuesto es nuestra herramienta de trabajo; con ella movemos mercancía, llegamos a acuerdos comerciales, traspasamos cuentas bancarias, organizamos encuentros y conseguimos que personas que no se conocen intercambien dinero por productos…
Potencial por descubrir y aprovechar
En suma, el poder de la palabra es gigantesco si a eso le añadimos ese aliado llamado Internet, tenemos ante nosotros un potencial por descubrir y aprovechar.
Naturalmente todas estas ideas se pueden implementar, están pensadas para el que quiera servirse de ellas, son el fruto de muchos años poniéndolas en práctica en mi antigua faceta de comercial. Ahora, con mi experiencia en el campo de la venta en todas sus vertientes, me brindo a compartirlas con quien crea que le pueden interesar.