Cómo competir con los países asiáticos

Los nuevos gigantes económicos se están levantado al fin. India, pero sobre todo, China, se están convirtiendo en referentes económicos indispensables para Occidente y, más que ninguna otra cosa, en duros competidores. Existen varias maneras de enfrentarse a ellos: frenar por todos los medios una expansión emergente y competitiva, o plantarles cara, eso sí, con otras armas.

               
Los nuevos gigantes económicos se están levantado al fin. India, pero sobre todo, China, se están convirtiendo en referentes económicos indispensables para Occidente y, más que ninguna otra cosa, en duros competidores. Existen varias maneras de enfrentarse a ellos: frenar por todos los medios una expansión emergente y competitiva, o plantarles cara, eso sí, con otras armas.
Muchas empresas españolas han decidido escoger esta última opción y abanderar un proceso de transformación donde prime, no únicamente la variable precio, sino la investigación, la calidad y el diseño  a la hora de vender sus productos en el exterior. Los resultados no se están haciendo esperar y muchas de ellas están siendo (re)conocidas internacionalmente. Por ejemplo, algunas compañías de calzado, como Snipe o Martinelli, están poniendo toda la carne  en el asador para lograr una diferenciación clara frente a sus competidores asiáticos a través de las inversiones en I+D+i, el fomento de la imagen de marca o la excelencia de sus productos.

Si aún con todo, el mercado se resiste, proponemos una fórmula tan antigua como efectiva: “si no puedes con tu enemigo, únete a él”, o mejor dicho, cómetelo. Y si no que se lo digan a Mariner, una empresa valenciana de lámparas y muebles que, cuando vio amenazado su mercado por la competencia asiática, absorbió la empresa china que falsificaba sus productos. No contentos con eso, han decidido abrir una cadena de tiendas en aquel país.
En el FIM siempre hemos mantenido que el Marketing estratégico puede demostrar, y lo seguirá haciendo cada vez más, que es capaz de crear barreras de entrada que, si ciertamente no eliminan la competencia, merman su capacidad de dañar el mercado que nosotros teníamos hasta entonces. También puede establecer las pautas necesarias para ser más competitivos ante un panorama económico-liberal que echa en falta el uso de estas técnicas.