A través de la realización del marketing audit obtenemos una visión clara de las deficiencias, tanto operativas como estratégicas, además no debemos olvidar que es un elemento activo de la gestión, ya que las nuevas tecnologías de la información y la complejidad del mercado convierten a la auditoría de marketing como verdadera protagonista del saber hacer en el siglo XXI.
En la actualidad el término marketing sigue siendo altamente utilizado pero de forma incorrecta, se ha criticado que su único valor está en saber maquillar las cosas, pero la realidad nos indica lo contrario, ya que las empresas han de basar su éxito en la entera satisfacción del cliente y esto sólo se cumple con una ética y social conducta en el marketing, de ahí que la auditoría también sirva para evaluar el grado de cumplimiento y compromiso con el mercado.
Es cierto que la realización de una auditoría de marketing no consigue resolver todos los problemas, pero sí tener una sólida base informativa y de actuación.
Como conclusión, debemos realizar un informe ejecutivo indicando las áreas de actividad que deben ser tratadas y potenciadas de cara a alcanzar la competitividad que corresponda, así como establecer el plan de seguimiento y control correspondiente. A título de información indicamos una posible serie de acciones que se pueden empezar a realizar de cara a mejorar los resultados o mantenerse en primera línea de competitividad:
• Mejorar la cobertura geográfica por vendedor.
• Potenciar el posicionamiento de la empresa en los buscadores.
• Abandonar de nuestra cartera los productos no rentables.
• Crear una estrategia de precios.
• Fidelizar más a nuestros clientes.
• Potenciar nuestra presencia en la red.
• Segmentar racionalmente a los clientes.
• Potenciar la labor del distribuidor en zonas en las que no estemos.
Poner al frente del departamento de reclamaciones a una persona con mentalidad comercial.
• Conocer mejor a nuestro cliente.
• Reducir el tiempo en la gestión de cobros.
• Utilizar task forces en el lanzamiento de nuevos productos.
• Utilizar más las nuevas tecnologías.
• Remunerar a los vendedores a base de fijos, comisiones e incentivos.
• Analizar los costes por pedido.
• Potenciar la idea de servicio al cliente.
• Potenciación del marketing directo.
• Potenciar la imagen corporativa.
• Ampliar la gama de productos.
• Utilizar Internet para comercializar nuestros productos.
• …
Con estas recomendaciones dadas, la empresa tiene ante sí uno de los mayores retos y dificultades que se dan hoy en día en el entramado mundo empresarial, consistente en poner en marcha una serie de acciones que hasta el momento no se habían contemplado y que en la realidad son difíciles de llevar a buen término, ya que el éxito dependerá tanto de las ideas aportadas como de las personas que lo ejecuten.
En cualquier caso, el marketing audit no es un plan de marketing, ni puede sustituirlo en ningún momento si la empresa careciera de él, por lo que, desde estas líneas, instamos a todas las compañías que deseen estar en el cambiante mundo empresarial de forma competitiva a realizar su trabajo con herramientas y óptica de marketing.