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Los directivos son protagonistas clave si hablamos de las comunicaciones, su palabra genera un lazo fuerte de confianza entre la organización y los públicos
En un entorno empresarial marcado por la sobreinformación, las fake news y por tanto, la desconfianza hacia las corporaciones, la imagen del directivo comunicador es imprescindible; se trata de uno de los principales activos reputacionales de las organizaciones.
El hecho de que los líderes organizacionales se visibilicen, genera una ventaja competitiva. La comunicación institucional anónima ha perdido eficacia, genera miedo y preocupaciones, los públicos lo sienten poco transparente, y más aún, si lo comparamos con los mensajes firmados, humanizados y coherentes que pueden aportar los directivos. Es por tanto, que la voz de los líderes aporta credibilidad, cercanía y confianza.
El directivo en las redes sociales
Dado que el mundo se encuentra digitalizado y globalizado, las redes sociales se han convertido en el motor de los mensajes. Aplicaciones como LinkedIn, se han asentado como el foco principal de las comunicaciones, cada vez son más el número de directivos que se suman a este tipo de comunicaciones. En la actualidad, son muchos aquellos que comparten y explican las decisiones estratégicas de sus entidades en las redes sociales.
Sin embargo, no todo son ventajas, la exposición a la que se enfrentan estos altos mandos, supone un gran riesgo. Solo se necesita un mensaje mal interpretado para que una crisis estalle en las redes. Por ello, las comunicaciones lanzadas deben tener un extra de cautela y, siempre, basarse en la verdad y en la transparencia.
Los momentos de tensión
En situaciones complicadas o en crisis, la presencia de un directivo genera tranquilidad y credibilidad. Los rumores e interpretaciones erróneas son propensos en contextos de incertidumbre. Por el contrario, si un alto mando se encuentra visible, firme y coherente en sus mensajes, siendo capaces de explicarla situación y asumir la responsabilidades, el rumbo de la crisis dará un giro de 180º. La presencia de los directivos refuerza la confianza de los públicos.
El ámbito interno
El papel comunicador de los directivos no solo se centra de cara al exterior, sino que, se establece como un eje imprescindible en la comunicación interna. Los empleados esperan coherencia entre las palabras y las acciones de la empresa, de nada sirve que de cara al exterior se de un mensaje que no se cumpla internamente. Un liderazgo accesible, que comunica con claridad y compromiso, crea un sentimiento de motivación y pertenencia en los trabajadores.
En el escenario actual, comunicar no significa opinar, sino elegir correctamente los mensajes, momentos y canales. Se debe entender que cada intervención pública construye o destruye la confianza. Por ello, el directivo como comunicador, pasa a ser una responsabilidad, puesto que en un contexto donde la transparencia se ha convertido en un valor competitivo, el rol del directivo se vuelve imprescindible.
