El reto para un innovador no es poner un servicio nuevo en un móvil, o en una lavadora, o en un automóvil, sino crear una idea que los clientes no sólo valoren, sino que también utilicen y estén dispuestos a pagar por ella. La innovación no es el estudio de la creatividad, es el estudio de la adopción.
Para mí la innovación no es un objetivo, el objetivo de la empresa no debería ser el de innovar más, la innovación es un medio para lograr un fin. Si se pudiera ser un negocio con éxito, si pudieras tener una buena cuota de mercado, buenos beneficios, una buena marca, sin invertir en innovación, ¿para qué ibas a invertir en innovación? No deberías. La innovación es un medio para lograr un fin, la pregunta es: ¿cuál quieres que sea ese fin? Si la innovación no te ayuda a aumentar los beneficios, la cuota de mercado, a mejorar la marca, entonces, ¿por qué te vas a molestar con la innovación?.
¿Quiere decir que hay muchos tipos de innovación?
Efectivamente. Para algunas empresas la forma de tener más éxito es recortar los precios, para otras es venderse a otra empresa, para las demás la solución es anunciarse mejor y tener un mejor marketing…Pero para ciertas empresas se trata de que su producto o su servicio se parece demasiado al de la competencia y hace falta algo nuevo, algo diferente, valioso. Están buscando la innovación como fuente de difernciación.
Si existe un área en la que Europa está considerada y peligrosamente detrás de EE.UU, es la inmadura, poco sofisticada y sinceramente poco valorada relación que existe entre la buena investigación en las universidades, y la investigación de las empresas. Hay una separación demasiado grande entre la Universidad y la industria en la Unión Europea. Sin embargo en nuestras mejores universidades de Estados Unidos los profesores de todos y cada uno de los departamentos tienen relaciones con las empresas estadounidenses y multinacionales. Allí entendemos que el aprendizaje y la investigación pueden y deben llevarse a cabo en cualquier parte.