JP Morgan, el gigante de los servicios financieros del mundo y pionera en su sector tuvo un gran resbalón en Twitter hace unos días. La entidad de Wall Street emprendió una rápida retirada ante una ronda de preguntas y respuestas que se propuso organizar en la red social. El resultado fue el contrario al deseado.
La propuesta, realizada para dar visibilidad a su banco Jimmy Lee, recibió una cantidad desmesurada de comentarios sarcásticos al hashtag de la campaña #askJPMorgan, como consecuencia del clima de tensión que existe en general contra las entidades bancarias.
La evolución de los acontecimientos dejo sin margen de maniobra a los ejecutivos del banco, que cuentan con poca experiencia en Twitter, y no se esperaban esta reacción tan virulenta. Pedir comentarios fue una manera sencilla y rápida de buscarse problemas, más cuando la reputación de la entidad está resentida tras aparecer como ejemplo de los desmanes e infracciones bancarias los últimos años.
Finalmente JP Morgan agravó el error al cancelar su salida a la esfera de Twitter, lo que le quitó la oportunidad de demostrar algo de astucia como para utilizar esta red en su beneficio en lugar de cómo plataforma para del descrédito. La entidad financiera demostró que desconocía el entorno y que no recibió el mejor asesoramiento y estrategia como para obtener algún beneficio con su presencia.
