El turrón alicantino que ha dado la vuelta al mundo

FLORENCIA CIGANDA.-  Al pensar en Navidad, además de luces y regalos, otro de los elementos que evocan nuestros recuerdos es el turrón, un dulce que no falta en ninguna mesa. Un producto que se remonta a muchos siglos atrás, pero del que no está clara su procedencia. Se dice que fueron los árabes quienes introdujeron este manjar en Jijona, uno de los municipios alicantinos que se caracteriza por su producción.

Cuenta la leyenda que un rey moro de la taifa de Alicante se desposó con una bella princesa escandinava. La joven, al llegar al castillo, se sumió en una profunda tristeza al recordar los paisajes nevados de su tierra. El rey no soportaba ver a su amada esposa así, y pidió que se rodeara el castillo de almendros. Cuando estos florecieron, la princesa pudo admirar desde su ventana un panorama blanco, que simulaba los gélidos paisajes que tanto añoraba.

De estas plantaciones los habitantes del pueblo comenzaron a trabajar los frutos y a elaborar dulces con ellos. Esta receta ha pasado de padres a hijos a lo largo de la historia y ha llegado a nuestros días en forma de turrón gracias a personas como Fabián López, creador de Turronesydulces.com.

Esta empresa es pionera en la comercialización online de estos dulces tradicionales, que se venden ya en más de 20 países. Una pasión, que el joven emprendedor que ha crecido entre turrones,  ha heredado de sus antepasados.

Turronesydulces.com es una empresa pionera en la comercialización del turrón a través de una tienda online. Clic para tuitear

Fabián López es ingeniero de telecomunicaciones y comenzó a comercializar el producto para financiar su carrera. “Empecé a vender turrón para pagarme los estudios, lo hacía a puerta fría. Acudía a restaurantes y pastelerías, y lo gestionaba todo como un comercial”, explica.

“Mis primeros clientes fueron el personal de la Universidad Politécnica de Valencia, donde estudiaba”, cuenta.  “En este entorno estaba todo muy informatizado, algo que no era habitual en esos años cuando Internet empezaba a entrar en los hogares. No sabía cómo ayudar en casa y decidí montar una tienda online,  y practicar así el ámbito de desarrollo web”, añade.

En esa época él llevaba el turrón  que fabricaba su madre y lo repartía, un negocio familiar que poco a poco ha ido creciendo. Fabián fue orientando su carrera profesional hacia sus estudios y la venta de los dulces lo mantenía como un extra.

Con el tiempo decidió invertir en diseño, mejorar la plataforma y marketing, y así fue poco a poco “conectando los puntos” hasta llegar a tener una tienda física.

Maestros del turrón

En la actualidad tiene delegada toda la producción a una fábrica, de la que es miembro del consejo de administración. “Confío plenamente en la elaboración del producto porque son recetas de hace más de cien años que sé que son buenas, son maestros turroneros. Yo me centro en el diseño, en la experiencia de usuario y en satisfacer al cliente”, indica.

“En el producto no se puede innovar mucho, es el turrón de Xixona, la gente lo que quiere es un turrón artesano con recetas de toda la vida”, expone el empresario.

“En el producto no se puede innovar mucho, es el turrón de Xixona, la gente lo que quiere es un turrón artesano con recetas de toda la vida” Clic para tuitear

Él se encarga del marketing y las ventas, su curiosidad y ganas de mejorar le han llevado a mantenerse muy al tanto de las novedades. Planifica su campaña en función de las visitas que tiene en Google, el tráfico de su web y los resultados del año anterior.

Fabián se ocupa del posicionamiento y la publicidad en buscadores, las redes sociales, la creación de públicos objetivos, la elaboración de contenidos ya sean vídeos, audios, podcast o entrevistas. Aunque lo que más trabaja es el email marketing y el remarketing. “Utilizo el remarketing y el emailmarketing para que los que ya han comprado y han tenido una buena experiencia vuelvan a hacerlo. Les recuerdo que existo, porque el turrón se olvida a partir del 25 de diciembre”, señala.

“Utilizo el remarketing y el emailmarketing para que los que ya han comprado y han tenido una buena experiencia vuelvan a hacerlo. Les recuerdo que existo, porque el turrón se olvida a partir del 25 de diciembre” Clic para tuitear

También, gestiona la atención al cliente y el seguimiento de pedidos. Cuenta con un chatbot que permite que la tienda esté disponible las 24 horas. Su modelo de negocio está basado en no tener demasiadas exitencias, prefiere enviar el turrón “calentito” y recién hecho.

“Es un proceso que tiene muchísimo trabajo dado que intentamos hacer todo lo más rápido posible, al fin y al cabo internet no espera”, argumenta Fabián.

¿Qué pasa después de Navidad?

“La mente del consumidor español piensa que el turrón es para Navidad, siempre ha habido un debate sobre si merece la pena desestacionalizarlo o no, a pesar de que hace años que está desestacionalizado. La economía del turrón está escalada de tal modo a nivel de personal, recursos humanos y pagos, para que la gran producción sea durante los últimos meses del año”, expone.

Durante el resto del año también se hacen cosas, se fabrica turrón para helado, crocantis y se prepara la campaña para el año siguiente. “Realmente hay turrón todo el año aunque no se consume masivamente y desaparece de los supermercados”, comenta.

Un turrón que llega a todas partes

“Nuestra  gran diferenciación es que hemos apostado por llegar al consumidor final en cualquier parte del mundo y facilitar la compra del turrón”, argumenta.

Suelen exportar a  Europa y el perfil de comprador son expatriados, españoles que viven fuera. “Quieren tener ese sabor de su tierra, en Estados Unidos nos suelen pedir bastante, la mayor parte son regalos, no son exportaciones de kilos”.

Define el éxito como trabajo, y dice que si hubiera tenido que contratar a alguien que encargase de todo el proceso la empresa no sería rentable. “Llevamos creciendo poco a poco orgánicamente desde hace 15 años”.

Un negocio que nació de lo tradicional y que gracias a sus la combinación de la pasión por el arte turronero y sus conocimientos ha ido creciendo. “En el marketing digital existe un campo enorme de aprendizaje y de probar cosas nuevas que me apasiona. Mi diferencia con la competencia es que me enfoco mucho al cliente final, intento facilitarlo a nivel técnico y estoy muy pendiente en todo momento de la plataforma tecnológica. Tengo un producto que sé que es bueno porque lleva años en el mercado y está elaborado con la mejor materia prima. Lo que hice fue lanzarlo en una plataforma con una tecnología para poder escalar el negocio”.

Confiesa no haber inventado nada, pero que las herramientas que brindan las nuevas tecnologías hacen posible llegar a más personas con una mayor eficiencia. Los miles de kilómetros que separan Laponia de Jijona no han sido un problema para que sus habitantes puedan deleitarse con uno de los productos más típicos de nuestras Navidades.

“Pensar que hay miles de personas comiendo un turrón que he elaborado yo, sentados junto a su familia y en unas fechas tan especiales, es una satisfacción difícil de explicar. A mí también me recuerda a mis padres, mis abuelos y mis bisabuelos de quienes he heredado esta pasión”.