Todos los profesionales del Marketing sabemos que, dentro de la estrategia que debe trazar toda empresa, una marca debe alzar una serie de barreras de entrada, para diferenciarse de su competencia y evitar que ésta tengan un fácil acceso al mercado.
Nespresso, marca de Nestlé, se basa en la calidad de su producto, la atención al cliente, su cuidado diseño y en la imagen de George Clooney.
En la actualidad, estas barreras de entrada están siendo derribadas y su cuasi-monopolio se ha abierto forzosamente a los competidores como Marcilla, perteneciente a Sara Lee y que ya se ha hecho con el 8% del mercado.
Ahora le toca a Starbucks y la competencia promete ser interesante, ya que la compañía norteamericana espera facturar cerca de 1.000 MM de dólares con el negocio de las cápsulas.
Por ahora Nespresso está consolidada, pero este mes de agosto ya hemos tenido la oportunidad de ver cómo existen deficiencias en su atención al cliente en sus tiendas.
En cualquier mercado, una deficiente atención es un fallo capital, pero aquí es más grave si cabe si lo ponemos en relación al público objetivo al que se dirige, un público que espera por parte de Nespresso la mejor atención a pesar de un precio más caro. La fidelidad del consumidor debe cuidarse. Si no se cultiva día a día, el mercado suele pasar factura.