¿Satisface la universidad las demandas de las empresas?

Según la encuesta publicada el 5 de noviembre en “Cinco Días”, las universidades no satisfacen las demandas de las empresas. Es la conclusión que podemos extraer de los datos obtenidos de la muestra, donde el 86% está descontento, frente a un 11% para el cual sus necesidades si se ven satisfechas.

Con la implantación del Plan Bolonia en España en el año 2010, se produjo un cambio en la concepción universitaria. Los estudios se equipararon a Europa y la mayoría de las titulaciones pasaron a tener una denominación de grado y durar 4 años. Se pretendía una enseñanza donde no solo se valorase la parte teórica, con un mayor control de asistencia y grupos reducidos. Los estudiantes tendrían una mayor movilidad y podrían completar su formación cursando un posgrado y continuarla con un doctorado. ¿Pero ha funcionado?


Las titulaciones cuya duración anterior era superior a los 4 años, se han visto obligadas a comprimir el temario. O a eliminarlo. Los estudiantes han perdido en profesionalización, y ahora deben pagar un mayor precio para especializarse. Los grados se quedan cortos, y hay que seguir estudiando. O guardar el título en un cajón y salir a buscarse la vida por otra vía.
La realidad de las aulas es una patente falta de contacto con el mundo laboral. Quienes se gradúan no saben cómo dar pasos sencillos para insertarse en el mercado y desconocen qué aspiraciones salariales y de empleo deberían tener. Las empresas por su parte, perciben poca especialización. Las universidades producen cada año enormes cantidades de titulados que, u optan por realizar un máster que les aporte un perfil más definido, o según salen de las aulas, direccionan sus pasos a la cola del paro.