La Comunidad de Madrid creó 7.600 puestos de trabajo en el comercio minorista entre los meses de julio y septiembre, desde que entró en vigor la libertad total de horarios. El consumidor parece que no entiende de festivos y necesita comprar con un mayor margen horario. Por contraste, en otras comunidades con un marco más restrictivo se destruye empleo.
Si vamos a las cifras, en Cataluña se han registrado la pérdida de 4.600 empleos, 3.000 en la Comunidad Valenciana y 700 en Andalucía. En la línea de la liberalización, en otros países ésta ha cubierto nichos de mercado, mejorando la competitividad y dando un trabajo parcial apreciado por aquellos que no tienen total disponibilidad. La contratación en diferentes franjas horarias y días ha propiciado trabajo a tiempo parcial e incluso a jornada completa en fin de semana, ya que abrir no debe significar emplearse 24 horas, sino que debe generar trabajo.
Sabemos que queda mucho por reinventar y evolucionar en el comercio, pero no se puede limitar por derecho, ni aprobar por decreto: la verdadera justificación para estas decisiones debe ser la de cubrir las necesidades del cliente, que es soberano y el motor último del comercio. Si un grupo importante de clientes quiere comprar muy tarde o un festivo, el comercio debe responder a estas necesidades. Sigamos viendo su efecto y reflexionemos.