MERCEDES MARCOS- Dicen que todos los emprendedores, cuando llegan al éxito, cuentan cómo en sus inicios eran pequeños, con pocos recursos, y solo se valían de un ordenador para ingeniar sus proyectos. Es el mito de la empresa que se gestó en un garaje. La que fabricó una treintena de ordenadores a mano; la que ahora se llaman Apple y es de las más exitosas en el mundo.
Porque sí. Porque todos necesitamos una historia que contar que defina nuestra identidad. Porque a todos nos gusta el relato del débil que se hace fuerte, el que con esfuerzo alcanza sus sueños. Porque la realidad, es que nos hace pensar que podríamos ser nosotros, y eso nos motiva.
De motivación y de constancia va esta historia. La que le puso José Higinio Cánovas, CEO y fundador de Kiply, cuando decidió montar esta empresa con un socio hace ya tres años. Cánovas, con una formación mixta, a caballo entre la programación, el marketing y el producto, trabajaba años antes como consultor estratégico financiero, y fue durante este período cuando comenzó a madurar la idea de poder rentabilizar el tiempo, midiendo la productividad profesional. Porque ¿qué hay más preciado que el tiempo?
¿Qué existe más preciado que el tiempo?
“Cuando trabajaba en la consultoría nos dimos cuenta que el mayor problema al que nos enfrentábamos era la formación interna en las empresas, porque al final el aprendizaje es experiencial y todas esas horas no eran ni productivas, ni facturables” -explica Cánovas-, “por eso, en aquel momento decidimos implementar un pequeño programita con Excel, muy similar a las hojas de tiempo que utilizan en las empresas americanas, en el que se contabilizaban las horas de cada tarea“.
“El aprendizaje es experiencial y todas esas horas no eran ni productivas, ni facturables”
El interés de distintas empresas en este sistema y sobre todo, la utilidad de saber en qué estamos dedicando nuestro tiempo, fraguó mediante esta experiencia Kiply: una plataforma digital destinada a empresas y personas que permite contabilizar el tiempo que dedicamos a cada labor que desarrollamos en el trabajo, con la finalidad de optimizar nuestro rendimiento, “y sobre todo mejorar la vida de las personas”, asegura el CEO.
“Queremos mejorar la vida de las personas”
Kiply va creciendo poco a poco porque sus socios -actualmente cinco-, asumieron “a pulmón” una inversión inicial de más de 60.000 euros a la que han ido sumando rondas y que ahora espera como oportunidad un flujo financiero que les permita saltar más allá.
La plataforma está conectada a Windows y mide el tiempo trabajado elaborando un documento de texto, utilizando Photoshop o en redes sociales, además de medir el tiempo que dedicamos en llamadas telefónicas, (actualmente solo para Android y en telefonía fija para algunos proveedores). No vale hacer trampas, porque la medición se para cuando no detecta actividad.
“No queremos quedarnos con los datos, sino con su interpretación. Queremos ayudar a cada persona a que se motive y quiera superarse, por eso trabajamos en la puesta en valor del talento“, destaca Cánovas.
“No queremos quedarnos con los datos, sino con su interpretación”
Por ejemplo, es posible que un trabajador invierta mucho de su tiempo en hacer una labor concreta, porque su talento no sea justamente el propicio para desarrollar este cometido, y sin embargo, pueda ser de gran utilidad en otro departamento de la empresa.
En este sentido, el fundador de Kiply relata cómo están trabajando en un sistema en el que tú puedas compararte con personas de perfiles profesionales similares al tuyo, con rangos de edad también equivalentes, para mediante una valoración (como puntuaciones con estrella) especificar las herramientas que utiliza, el tiempo invertido o las tareas que desarrolla. También tras el verano, los grupos profesionales quedaran categorizados en ranking, lo que también podría dar idea a los profesionales de cada sector de cómo mejorar sus competencias según las referencias que tienen de otros perfiles similares de la comunidad.
La plataforma cuenta con 2.000 usuarios
“Actualmente en la plataforma contamos con más de 2.000 usuarios de orígenes tan dispares como Méjico, Rusia , o China -España es casi el menor de los mercados-, “porque nos cuesta rascarnos el bolsillo”.
“Conectan con el servicio porque quieren mejorar a nivel individual“, explica el fundador de Kiply, quien señala que la visión del negocio es aportar una especie de secretario que te ayuda las 24 horas, “aunque no es sustituible por las labores de un coach empresarial, sino una herramienta que monitoriza y complementa para saber si se estamos alcanzando nuestros objetivos”.
José Higinio Cánovas reconoce que a esta herramienta aún le queda un largo camino para poder aportar todo lo que desearían: más datos cruzados con otras profesiones que nos indiquen para qué otros trabajos podríamos estar más cualificados, recomendaciones para la conciliación, una apuesta por la gamificación que recompense los progresos del usuario, pero lo cierto es que la implementación programática es tan compleja y los recursos aún escasos, que aunque con paso firme, Kiply rueda poco a poco.
En términos cualitativos, la plataforma complementa estas instrucciones para los ‘Quantify self’ con los consejos que ofrece desde su blog, una pata más de su forma de entender la mejor gestión del tiempo.
Ninguna máquina trabajará por nosotros, por más que pueda medir nuestros pasos, las veces que movemos el ratón, ni las horas que nos pasamos sentamos en la silla de la oficina. “El atributo que mejor funciona es la constancia y el ánimo por mejorar . De nada sirve ser brillante dos horas en la vida”, sentenciaba Cánovas.
