Está claro que la empresa del siglo XXI tiene que enfrentarse a innumerables nuevos retos para mantener su status competitivo en el mercado, pero sobre todo, tiene que aprobar una asignatura pendiente: la de dar a la comunicación interna la relevancia que merece.
Ya sabes que “hablando se entiende la gente”. Pero, ¿y en el caso de las empresas?, ¿establecen canales internos de comunicación para resolver sus problemas?
En la vida normal, la falta de “feed-back” entre las personas produce malentendidos, recelos y conflictos, con lo cual, ¿qué no ocurrirá en un contexto empresarial, que además impone una organización jerarquizada?, y, además ¿conocen realmente las empresas las consecuencias de la aparición de un rumor en su fuero interno?