Barcelona ha rectificado y parece dispuesta a probar con el modelo de Madrid. Las patronales del comercio han alcanzado un acuerdo para abrir nueve festivos en julio y agosto durante cuatro horas (de 10 a 2) y el 14 de septiembre, el día de mayor afluencia de visitantes procedentes de cruceros. Esta piedra de toque servirá para ver si su resistencia a la medida estaba justificada o aprovechan el gran flujo de visitantes de manera más provechosa.
La liberalización de horarios comerciales que propuso el gobierno a mediados de 2012 estaba basado en tres ejes: ampliación de 72 a 90 horas de apertura a la semana, incremento de 8 a 10 los festivos que se pueden abrir y la obligación de que catorce grandes municipios abrieran una zona de gran afluencia turística (ZGAT) sin limitaciones horarias.
Todos ellos lo habían ido cumpliendo según los plazos establecidos, excepto Bilbao, que tiene delimitada la zona, pero que no pudo sacarla adelante por el cambio de gobierno autonómico y Barcelona.
El caso de la capital catalana es especialmente significativo, ya que el bloqueo de la ZGAT se ha producido por la falta de acuerdo entre las distintas patronales comerciales. En mitad de las negociaciones, Madrid se ha colocado al frente de la ola liberalizadora al extenderla a toda la ciudad y fijando 179 zonas en toda la región (el 25% del total en España).
Parece probado que el mercado demanda flexibilidad de horarios, máxime en ciudades turísticas ene las que nuestros visitantes necesitan aprovechar todo el tiempo disponible. Este flujo récord de visitantes debe ser aprovechado y esta medida ayuda a potenciar la economía del país.