Los últimos datos reflejan que la infidelidad en el sector de la telefonía móvil ha alcanzado n nuevo techo. Casi 640.000 líneas cambiaron de operador el pasado mes de julio. La cifra de portabilidad más alta de la historia, que demuestra que los operadores del ramo no saben fidelizar a sus clientes y compiten por arrebatarle a la competencia los suyos.
Movistar y Vodafone encabezan las bajas, en beneficio de Orange, Yoigo y sobre todo los operadores virtuales, más agresivos en los precios. Tal ha sido el movimiento experimentado que 6 de cada 500 clientes se han cambiado de operador.
Las empresas de telefonía premian la portabilidad frente a la renovación y solo reaccionan de forma reactiva a las ofertas de la competencia, un modus operandi que a corto plazo les puede salir rentable pero que genera hastío en el usuario, que se va con un mal sabor de boca generalmente para no volver.
En nuestra opinión, las que más tienen que perder son las empresas “tradicionales” del sector, las más grandes, que temen cambiar su modelo de negocio a pesar de los últimos movimientos iniciados con temeridad. Con el cliente solo queda ser justo y darle un buen servicio, pero parece que el sector prefiere la “rotación”. Sin una estrategia y con un exceso de marketing promocional no parece que el futuro será más oscuro a largo plazo.
