Wikileaks sigue en la brecha

Uno de los fenómenos más recientes que ha cambiado el paradigma de la información en Internet es Wikileaks, la página de filtraciones fundada por el celebérrimo y controvertido Julian Assange.

Wikileaks fue creada por periodistas y activistas anónimos al modo de la enciclopedia participativa Wikipedia y permite a cualquier usuario la posibilidad de incluir de forma anónima mediante una conexión cifrada textos, audios o vídeos confidenciales cuya autenticidad el portal se encarga posteriormente de verificar.

Cinco voluntarios a tiempo completo y entre 800 y 1000 colaboradores (técnicos informáticos, abogados, periodistas…) trabajan en este sitio que se alimenta de las donaciones y, según aseguran sus fundadores, no acepta publicidad ni ayudas públicas.

El destape de diversas informaciones clasificadas respecto a aspectos sensibles para gobiernos, banca o contiendas ha sido el motor de su rápida.

Su difusión en las redes sociales a permitido a Wikileaks convertirse en todo un referente de un nuevo modelo de periodismo, y ha ser un portal referente a nivel mundial por el peso de sus informaciones. En 2008, recibió el premio al medio de comunicación del año por la revista Economist y en 2009, el portal se alzó con el premio de Amnistía Internacional en la categoría de Nuevos Medios por sacar a la luz informes sobre las matanzas de Kenia.

Internet posee una naturaleza capaz de realizar cambios profundos en múltiples aspectos de la sociedad y, cómo no, en los medios de comunicación social. Se abre paso otro modelo de periodismo, en el que el periodista se convierte otra vez en un aspecto clave pero con un rol diferente, la figura que contrasta la rica y valiosa información que las “gargantas profundas”, de aquellos que disponen del valioso botín y deciden compartirla.

La revelación de secretos vuelve a la actualidad. Un nuevo canal de denuncia se abre paso. El resto de medios sólo pueden mirar y explicar lo que Wikileaks desvela.

Para visitar wikileaks: http://wikileaks.ch/