Cada mes cerca de 400.000 usuarios de telefonía móvil cambian de operadora; sin embargo, los que inician el proceso son muchos más. Y es que la portabilidad se ha convertido en una estrategia en manos de los clientes.
La fuerte competencia y la necesidad de las operadoras de conservar a sus usuarios frente a las amenazas ajenas ha llevado a las compañías a ofrecer casi lo que sea con tal de no perder abonados. Los clientes lo saben y lo utilizan. La portabilidad es la clave, y se ha convertido en un proceso tan popular que incluso tiene un nombre: amago de portabilidad.
Tras la negociación con el operador, el 40% de las peticiones de portabilidad son canceladas, lo que significa que unos 267.000 consumidores dan marcha atrás cada mes. Según las operadoras, el objetivo de los clientes es conseguir gratuitamente un “smartphone” o la rebaja de tarifas.
