Como hemos venido diciendo en los últimos meses, los síntomas de la recuperación económica española son cada vez más visibles. Sin embargo, se trata de una recuperación basada en un modelo productivo insostenible en el tiempo, donde lo que se está primando es “hacer más con menos” (reducción de plantilla, bajada de salarios, trabajar más). Se debería trabajar por sustituir una economía basada en los bajos costes por otra cimentada en el conocimiento, ya que tener información de calidad y de forma anticipada sobre los entornos competitivos es una de las mejores ventajas competitivas.
Este fin de semana hemos podido leer algunas de estas reflexiones y recomendaciones en el artículo “Saber más y antes que tus competidores”, publicado en El País y escrito por José Luis Barbería.
En él se habla sobre la importancia de incorporar la Inteligencia Económica (IE) en las empresas españolas. Tal y como apuntó el director del CNI, Félix Sanz Roldán, la competitividad de la economía de un país desarrollado depende de la gestión del
conocimiento entendido tanto como el fomento y protección de la tecnología y la
I+D nacional, como de la transformación de la información en inteligencia”.
Llegados a este punto se puede ver la relación que existe entre la IE (Inteligencia Económica o Corporativa) y el Marketing Estratégico. La IE pretende analizar, conocer, recopilar información para poder actuar en consecuencia. El papel del Marketing Estratégico se fundamenta en analizar y gestionar de manera eficaz la información del mercado.
Pero no hay que pensar que la implementación de la IE es sólo cosa de las grandes empresas y multinacionales, ya que todavía hoy existen muchas empresas del IBEX-35 que carecen de un sistema de Inteligencia Competitiva. La mayoría de las Pymes de nuestro país están caracterizadas por operar con un elevado grado de improvisación, ya que siguen siendo inconscientes de que una etapa previa de análisis es necesaria para la supervivencia.
