Tras el comienzo convulso de año que ha tenido Coca-cola y el desgaste que ha sufrido su imagen y ventas, parece que su tradicional competidora ha iniciado la batalla sin ambages, que por otro lado la compañía de Atlanta esperaba. En nuestra opinión, o ha comprendido que no convenía atacar a coca-cola en horas bajas o han pecado de lentos a la hora de responder.
La batalla parece haber comenzado en el sector de los refrescos si es que alguna vez hubo una tregua. Los problemas que está sufriendo Coca-Cola como consecuencia del ERE puesto en marcha para cerrar cuatro de sus fábricas en España -Fuenlabrada, Oviedo, Alicante y Palma de Mallorca- no han dejado indiferente a Pepsi, que por fin parece mover ficha.
Además de beneficiarse ya de forma indirecta de las campañas puestas en marcha por los trabajadores del embotellador de Coca-Cola en contra del consumo de sus propios productos, Pepsi ha iniciado una bajada generalizada de sus precios, tanto en hostelería como en distribución.
Quizá haya esperado a ver cómo evolucionaba la situación de la embotelladora, ya que ninguna empresa puede decir que está a salvo de situaciones parecidas, si bien seguro que pueden ser mejor gestionadas que la de Iberian Partners. Otro enfoque al caso podría simple y pura lentitud a la hora de decidir si era el mejor momento para atacar a su rival, cuando muestra su imagen más débil en su imagen en las ultimas décadas.
